Caso Lucio Dupuy: definen las pruebas que incluirán en el juicio contra la madre y su pareja
Redacción - 12 agosto, 2022
La Justicia avanzará para llegar a juicio contra la madre de Lucio Dupuy y su pareja, ambas acusadas de matar al niño a golpes.
La fiscalía, las querellas y las defensas llevarán a cabo una audiencia este viernes para fijar qué pruebas se incluirán en el juicio contra la madre y la pareja de Lucio Dupuy, el niño asesinado a golpes. El juez de Control, Danie Ralli, decidirá cuáles llegan al debate.
La audiencia se realizará entre las 12 y las 18 horas en la Ciudad Judicial de Santa Rosa en la cual se decidirá que pruebas se incorporan al juicio oral que afrontarán las dos acusadas del asesinato del niño Lucio Dupuy. El encuentro se realizará en formato virtual, por zoom.
Las dos imputadas, la madre del niño y su pareja, permanecen detenidas en un penal de San Luis.
La fiscala Verónica Ferrero y el querellante José Mario Aguerrido ofrecerán una importante cantidad de pruebas para ventilar en el juicio. Por su parte, las defensoras oficiales Pablo de Biasi y Silvina Blanco Gómez podrán ofrecer pruebas de parte de las imputadas.
Magdalena Espósito Valenti y su pareja Abigail Páez están acusadas del asesinato de Lucio Dupuy, el niño de 5 años, hijo de la primera, muerto a golpes la noche del viernes 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa.
La fiscalía sostiene que Lucio sufrió violencia durante meses. Y que ese cuadro desencadenó en una paliza mortal. La querella le agrega a esa hipótesis un agravante de “odio de género”.
Pruebas contra las acusadas
El abuelo de Lucio, Ramón Dupuy, compartió con la prensa chats entre Magdalena Espósito y Abigail Páez que revelarían que “tenían planeado matarlo, desde el primer día que se lo llevaron”.
El niño pasó casi dos años al cuidado de una tía paterna, en un contexto de litigio legal entre la madre y el padre del menor, Christian, y mientras ella se fue de viaje con su novia. La familia pedirá una pena máxima de prisión perpetua.
Cargos
Magdalena Espósito Valenti, de 25 años, está acusada por “homicidio triplemente calificado por el vínculo y con ensañamiento y alevosía” y “abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización y con acceso carnal vía anal”, triplemente agravado por ser la guardadora.
Abigail Páez, de 28, está imputada por “homicidio doblemente agravado” (por saña y alevosía) y “abuso sexual agravado”. Ambas están presas desde fines del año pasado en Complejo Penitenciario I de San Luis.
Caso Lucio Dupuy
Lucio Dupuy fue asesinado el viernes 26 de noviembre de 2021. Esa noche, poco antes de las 21.30, Abigail Páez llegó cargando en sus hombros a Lucio hasta la posta sanitaria del barrio Río Atuel, a 150 metros de su casa. Ella había quedado sola con el chico porque la madre, a esa hora, había ido a trabajar a un restaurante.
Como la posta estaba cerrada, cruzó la calle hacia la comisaría del lugar, pero los policías, al ver el estado en el que estaba el chico no quisieron atender al niño, que estaba convulsionando. Los médicos le realizaron RCP y lo trasladaron de urgencia al Hospital Evita, pero no pudieron salvarle la vida.
Los fiscales Ferrero, Martos y Sacco afirmaron en su acusación que “el día 26 de noviembre de 2021 entre las 17.30 y las 19.40 agredieron físicamente en forma conjunta al niño mediante golpes propinados con sus extremidades”.
Esos golpes le provocaron “múltiples lesiones en abdomen; tórax; espalda; piernas; brazos, rostro y cráneo; hematomas en espalda con marca de impresión de calzado, edema cerebral con enclavamiento asociados a dichos golpes violentos y rotura hepática y hemoperitoneo, lesiones estas últimas que le ocasionaron la muerte, luego de un proceso de agonía”.
También se analizaron los dibujos que el pequeño hacía en el jardín, confirmando el calvario que vivía.
“Hacía sus dibujos sin ojos, por cosas que no quería ver o que le hicieron ver y no quería ver. También, dibujos sin piernas, por las violaciones que sufrió durante mucho tiempo”, detalló el abuelo del chico.
Su abogado querellante precisó que ese peritaje dio cuenta de un niño “sufriendo y gritando gráficamente” y que “los tachones y borrones que hacía, más los colores que utilizaba, representaban aquello que no podía o no se animaba a verbalizar”.
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